Tuesday, February 13, 2007

Carpem Diem. Horacio, Odas, I, 11, 8


No busques el final que a ti o a mí nos tienen reservado los dioses (que por otra parte es sacrilegio saberlo), oh Leuconoé, y no te dediques a investigar los cálculos de los astrólogos babilonios. ¡Vale más sufrir lo que sea! Puede ser que Júpiter te conceda varios inviernos, o puede ser que éste, que ahora golpea al mar Tirreno contra las rocas de los acantilados, sea el último; pero tú has de ser sabia, y, mientras, filtra el vino y olvídate del breve tiempo que queda amparándote en la larga esperanza. Mientras estamos hablando, he aquí que el tiempo, envidioso, se nos escapa: aprovecha el día de hoy, y no pongas de ninguna manera tu fe ni tu esperanza en el día de mañana.
“Tu ne quaesieris (scire nefas) quem mihi, quem tibi
fienm di dederint, Leuconoe, nec Babilonios
temptaris numeros. Ut melius quicquid erit pati!
Seu pluris hiemes seu tribuit Iuppiter ultimam,
quae nunc oppositis debilitat pumicibus mare
Tyrrenum, sapias, vina liques et spatio brevi
spem longam reseces. Dum loquimur, fugerit invida
aetas: carpe diem, quam minimum credula postero.”

Sunday, February 11, 2007

Viajes


Cuando el destino se abre como el amanecer,
Cuando estas ante la puerta de la nada,
Y solo esperas y observas
¡Da un paso al frente!, camina, viaja.
Toma el sendero iluminado
Recibe el sol en tu cara,
Disfruta de la brisa juvenil,
Y transportate aquí.

Toma el carro del sol
Y viaja hacia la luna,
Para encontrarnos en una noche oscura,
Pero de mucha alegría y pasión.

Cuando el destino sea un horizonte de mar
Abierto de extremo a extremo,
Sueña con volar, con escuchar vibraciones mágicas
Con visitar esquinas que invitan a caminar,
Sigue, persevera, porque somos seres llenos de magia
que aunque a veces solo duran unos segundos,
son aquellos segundos los que te invitan ha seguir creando.