Que tanto con San Valentín

Camino

Camino por un sendero polvoriento
El día es caluroso y seco,
Doy dos pasos y retrocedo uno, caminando por tu sendero
Y finalmente me pierdo.
Te sigo y no te alcanzo,
Corro, pero no te encuentro.

Cielos celeste despejados,
Campos verdes de amantes anhelados,
Abrazos furtivos a la sombra de un acacio,
Recuerdos de besos olvidados.
Amar temiendo es un sufrimiento,
Amar a pausas es una venganza.
Dejemos los buenos y verdaderos deseos
Para los niños y el Viejo Pascuero.

Vaya a tu alma un soplo,
Que sea mi hálito el que te alcance.
Que mi camino por hoy no es el tuyo
Y difícilmente te abrace.

La libertad es mía,
y para eso la llamo cuando me plazca.
La libertad no sabe de temores
y por lo mismo no registra tu nombre.

Que pare el son y solo quede el sentimiento,
Que nos abandone la risa y también el recuerdo.
Que el amor siga su camino, porque no es gratuito
Y hoy por hoy para él no tengo ni un momento.
Que pare el son, para disfrutar el silencio.
Que las voces juveniles no me hablen de enrojecimiento,
Ya no quiero dulces mimos, ni agradecimiento.
Que tu andar se detenga de pasos polvorientos,
Porque mi andar es libre de dogmas y claramente ese no es tu camino,
Que tus pies te lleven donde se supone que vayas
Y yo seguiré por este sendero, donde tú ya no te hayas.
Adiós a las hadas y las veredas otoñales,
Ya no hay hojas secas, sólo frescos frutales.
Claramente es verano, destinos estivales,
no queda tiempo para romances invernales.